25N: Violencia, trabajo y los nuevos riesgos digitales para las mujeres
En el Perú, la violencia contra la mujer continúa siendo una problemática urgente. Solo hasta octubre de 2025, los establecimientos de salud del Minsa registraron 176 925 casos de violencia, afectando principalmente a mujeres de 30 a 59 años, adolescentes y jóvenes. Según la Encuesta Demográfica y de Salud Familiar (Endes) 2024, el 52 % de mujeres declaró haber sufrido violencia psicológica, física y/o sexual por parte de su pareja, confirmando la magnitud y persistencia del problema.
la expansión de los entornos digitales han incrementado las formas de violencia y ciberacoso
En el ámbito laboral, esta violencia adopta formas específicas que afectan la dignidad, el desarrollo profesional y la seguridad de las trabajadoras.
Una de estas manifestaciones es el hostigamiento sexual laboral, el cual no solo se presenta mediante insinuaciones directas, sino también a través de comentarios sexistas que buscan descalificar o limitar el rol de la mujer en función de estereotipos. Entre los ejemplos más comunes se encuentran expresiones como: “Si ya eres adulta, deberías jubilarte”, “Si eres madre, no puedes dedicarte a esto; no te va a alcanzar el tiempo” o “Ser soltera es mejor para este puesto; así no tienes distracciones”.
Por otro lado, el desarrollo de la inteligencia artificial (IA) y la expansión de los entornos digitales han incrementado las formas de violencia y ciberacoso que enfrentan las mujeres.
El hostigamiento sexual también se expresa en medios digitales. ONU Mujeres advierte que la violencia digital es un fenómeno en rápida expansión y que afecta de manera desproporcionada a las mujeres. A nivel global, diversos estudios citados por el organismo muestran que:
• una proporción significativa de mujeres jóvenes ha experimentado alguna forma de violencia o acoso en línea; • muchas víctimas reportan impactos directos en su bienestar emocional y su participación en espacios sociales o profesionales; • la exposición digital facilita la reiteración, anonimato y rápida difusión de contenido ofensivo, lo que incrementa el daño y la sensación de vulnerabilidad.
En entornos laborales, estos comportamientos se expresan a través de mensajes degradantes, comentarios sexistas en plataformas de trabajo, difusión de contenido no deseado y ataques que dañan la imagen profesional.
Si bien La IA no “hostiga”, pero puede amplificar formas de violencia si sus sistemas reproducen sesgos o facilitan la difusión de contenido violento. Por ejemplo: i) generar contenido que incluya estereotipos sexistas, ii) replicar mensajes ofensivos sin filtros adecuados, iii) viralizar comentarios no deseados que afectan la dignidad de una trabajadora; o, iv) permitir la creación automática de perfiles o imágenes que refuercen violencia simbólica.
Por ello, sugerimos que las organizaciones puedan aplicar las siguientes medidas:
• Fortalecer los protocolos de prevención y sanción del hostigamiento sexual en el trabajo, incluida su modalidad digital. • Capacitar a todo el personal incluido terceros en la detección temprana de estereotipos y violencia sexista, tanto presencial como digital. • Regular el uso de IA con enfoque de género: filtros, auditorías y herramientas que eviten la difusión de contenido sexista.
En este 25N, reconocer estas nuevas manifestaciones de violencia permite comprender que la protección de las mujeres debe abarcar tanto el espacio físico como el digital. La violencia evoluciona, y nuestras respuestas deben hacerlo también.
Fuentes:
https://www.gob.pe/institucion/minsa/noticias/1296903-identificar-la-violencia-es-el-primer-paso-para-detenerla-en-2025-se-registraron-mas-de-176-000-casos-de-violencia-contra-la-mujer https://www.unwomen.org/es/noticias/reportaje/2025/11/la-violencia-digital-es-violencia-real-la-lucha-de-una-activista-por-la-seguridad-y-los-derechos-humanos
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